Hoy hace cincuenta años

Hoy hace cincuenta años

Escrito el 27 de abril de 2021 por David Batcheller

Hoy me gustaría contarles una historia. Es la historia real de un joven cuya vida se transformó completa y radicalmente hace exactamente cincuenta años. Es una conmovedora historia de esperanza para cualquiera que esté luchando por encontrar el verdadero sentido y propósito de la vida, o para cualquiera que se sienta perdido y desamparado en un mundo enloquecido.

El trasfondo de la historia es el siguiente. En las primeras escenas, encontramos a un joven que vive en una pequeña ciudad del estado de Iowa en los Estados Unidos. Ha estado luchando por dar sentido a su vida. Sus padres se divorciaron cuando él tenía cinco años. Su madre había abandonado a la familia, algo poco habitual en aquella época. Él y su hermano pequeño fueron criados por su padre. El impacto duradero de este acontecimiento sólo se sentiría plenamente mucho más tarde, pero los efectos fueron inmediatos.


Nuestro personaje tuvo una infancia relativamente normal. Iba bien en la escuela, tenía amigos en la escuela y en su barrio, se unió a los Cub Scouts y más tarde a los Boy Scouts, y era muy activo en los deportes. Su padre era cariñoso y atento, pero tendía a ser bastante distante y exigente. Unos años más tarde, su padre se volvió a casar y la familia trazó un nuevo rumbo.

A medida que se acercaba a la adolescencia, nuestro hijo empezó a sentir una tremenda presión en el colegio. Esto ocurrió en los años sesenta, cuando la cultura americana estaba en total agitación. La música rock se afianzó en la sociedad. La revolución sexual y el movimiento feminista, junto con las subculturas hippie y de la droga, pasaron a primer plano. Además, la controvertida guerra de Vietnam estaba en pleno apogeo. Con el servicio militar obligatorio, las vidas y el futuro de millones de jóvenes estadounidenses estaban en juego. Nuestro hijo, que quería ser aceptado y formar parte del grupo de moda, cedió poco a poco a la presión. Con total desprecio por los que consideraba hipócritas, se apartó de la Iglesia y se convirtió en ateo declarado. La creciente presión le llevó por el camino de la bebida, la experimentación con drogas, el vandalismo y otras travesuras.

Cuando nuestro joven entró en la escuela secundaria, se encontró viviendo una existencia dual. Las relaciones y actividades familiares saludables empezaron a ir cuesta abajo. Luchó con su padre y su madrastra, causándoles mucho dolor. Perdió el interés por el estudio, prefiriendo la emoción de las fiestas y las travesuras. Su interés por los deportes, sin embargo, no decayó, y experimentó muchos éxitos en ese sentido.

A medida que pasaba el tiempo, el protagonista de nuestra historia se deslizaba cada vez más hacia un agujero oscuro. Por fuera, todo era diversión y fiestas. Por dentro, empezó a formarse una nube oscura que acabaría erosionando su sentido o propósito en la vida. La desilusión y la depresión empezaron a apoderarse de él, mientras luchaba por mantener una apariencia de felicidad. Cada mes que pasaba era peor.

Entonces, una fría noche de invierno, ocurrió algo que pondría en marcha su descenso final. En un oscuro y desolado camino de tierra, mientras bebía y conducía con su mejor amigo, nuestro joven borracho perdió el control de su coche y se deslizó hasta una profunda zanja llena de nieve. Los chicos fueron detenidos por el sheriff y llevados al tribunal de menores. La pena y la libertad condicional que le impusieron le privaron de la posibilidad de practicar deportes, con lo que desapareció el último elemento positivo que le quedaba en la vida.

Mientras su espiral descendente continuaba, empezó a buscar respuestas. Como antes había rechazado la fe cristiana, empezó a investigar otras religiones. Dedicó mucho tiempo, aunque en secreto, a informarse sobre el budismo, el hinduismo, el islam, el taoísmo y muchas otras religiones. Aunque intrigado, no encontró respuestas sólidas. Con el tiempo, su búsqueda se orientó hacia el lado oscuro del ocultismo y, en su tiempo libre, se le podía encontrar leyendo la Biblia Satánica.

Tras formar una banda de garaje con algunos de sus amigos, nuestro chico perdido siguió intentando ocultar lo que le ocurría internamente. Sus batallas internas se convirtieron en una profunda depresión y empezó a plantearse seriamente el suicidio debido a la creciente desesperación. Entonces, un día, de la nada, uno de sus amigos de la banda les invitó a ir a su casa para una reunión con unos “locos de Jesús”. Les explicó que eran músicos hippies que habían cambiado y ahora hablaban a la gente de Jesús. Aprovechando la oportunidad, nuestro chico decidió ir para poder “hacerlos pedazos”.

Junto con sus amigos, fueron a la reunión. Escucharon. Discutieron. Ridiculizaron. Pero a medida que avanzaba la noche, algo empezó a suceder. Oyeron cosas sobre Dios y sobre profecías de la Biblia que nunca antes habían oído. Se plantó una semilla en sus corazones y les invitaron a volver la semana siguiente.

Algo muy extraño comenzó a suceder esa semana. Nuestro angustiado joven buscador encontró una Biblia en casa y se la llevó en secreto a su habitación para empezar a leerla. Cuando su mejor amigo lo descubrió, le dijo: “¿Qué $#*@! estás haciendo?”. Pero siguieron hablando y decidieron volver a la siguiente reunión.

La semana siguiente las cosas se volvieron más personales. Los chicos que dirigían la reunión empezaron a contar sus propias historias. Una extraña presencia llenó la sala mientras relataban el mensaje del Evangelio y cómo Jesús les había salvado, perdonado sus pecados y dado un nuevo propósito en la vida. Por primera vez, el verdadero mensaje de Jesús parecía claro como el cristal. El poder del mensaje comenzó a ablandar sus corazones.

Se hizo un silencio absoluto en la sala. Entonces preguntaron: “¿A alguno de los presentes le gustaría entregar su vida a Jesucristo?”. Inmediatamente, nuestro joven dijo “sí”, cayendo de rodillas en la sala, ¡ante la sorpresa de todos sus amigos! Luego, uno a uno, los demás entregaron sus corazones y sus vidas a Dios esa noche. Había ocurrido un milagro. Sus vidas cambiarían para siempre. Por supuesto, este no era el final de la historia, sino simplemente el comienzo de una vida completamente nueva.

Seguro que ahora te estarás preguntando: “¿Quién es este tipo?”. Y “¿cómo puede saber que todo esto ocurrió hace exactamente cincuenta años, tal día como hoy?”. La razón es que este joven ¡era YO! Yo viví todo esto, y a diferencia de mi memoria de algunas cosas, recuerdo estos detalles vívidamente. El cambio que se produjo en mi vida fue instantáneo. Mi conversión a Cristo fue radical y dramática. ¿Cómo podría olvidarlo?

Ahora miro hacia atrás, cincuenta años después. Sé sin lugar a dudas que aquel día “nací de nuevo”. Una transformación espiritual que me salvó y cambió el curso de mi vida. Cada año lo recuerdo como mi “segundo cumpleaños”.

Comparto esta historia contigo como testimonio de lo que Dios puede hacer en nuestras vidas. Sé que tu historia es diferente. Mi vida no siempre ha sido fácil. He tenido mi cuota de problemas, errores y tropiezos. Pero mi amoroso Padre Celestial ha caminado conmigo a través de todo. Jesús ha sido mi fiel amigo y compañero. Y el Espíritu Santo siempre ha sido mi guía, mi fuerza y mi consuelo. Esta es mi historia, ¡y aún no ha terminado! Creo sinceramente que lo mejor está aún por llegar.

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